domingo, 31 de diciembre de 2017

Los otros



No siento enojo, ni animadversión, ni tengo sentimiento de resarcimiento hacia los otros, hacia los "comunes". 

Es cierto que me ha costado integrarme en el mundo mágico del ser humano y que me he sentido excluida en demasiadas situaciones; pero -como he comentado de soslayo, en alguna entrada del blog- no puedo culpar a los otros, a los "comunes". 

Si, es cierto que algunas personas, con sus ironías malvadas me lo han hecho pasar mal, muy mal y que en un momento sufrí de acoso -yo diría que sexual porque fueron los chicos quienes se metieron conmigo-. 

Si, es cierto que hay personas que me han usado cuando no tenían a nadie más. Estaban aquellas "amigas" que te venían a buscar -a modo de relleno- cuando no tenían a nadie más. 

Si, es cierto que se han aprovechado de mi ingenuidad -incluso ahora- y que en algunas ocasiones me he sentido como un "profesional de segunda" que acude al rescate cuando se lo piden por no saber decir que "no". 

Si, es cierto que hay gente maliciosa; pero, la verdad, es que no siento odio ni rencor por nadie. 

Debo, en contrapartida, pensar en todos aquellos "comunes" que han confiado en mí, que me han intentado ayudar, que me han intentado integrar y que yo no he sabido/podido aceptar. 

En esta categoría recuerdo a una de mis profesoras en el instituto que viendo algo en mi un día se me acercó y me ofreció su ayuda. Mi orgullo denegó esa ayuda. Ella, a su manera me ayudó: debió de presionar al resto de profesorado para que me aprobaran y así poder acceder a la selectividad. Gracias a ella tuve la oportunidad de acceder a la universidad. 

En esta categoría recuerdo también a otra profesora en la universidad que, confiando en mi trabajo, me propuso participar en su equipo de investigación y hacer el doctorado, a pesar de que mi nota media era relativamente mediocre. 

En esta categoria puedo nombrar a otras personas "comunes" que, sin llegar a ser "amistades íntimas" sé que me aprecian y que si las necesitara allí estarían, como lo estaría yo por ellas. 

Mi exclusión, durante la infancia, no fue malintencionada por las demás compañeras. De echo, algunas de ellas hicieron verdaderos esfuerzos por integrarme. Me venían a buscar en los momentos de patio, se acercaban a mí. Era yo la que no sabía qué hacer cuando otra persona se me acercaba. 

Eso mismo me ha pasado esta semana. En un encuentro social con "comunes", ellos se dirigían a mí, me miraban para hacerme participar en la conversación. Sé que los demás hacen esfuerzos por integrarme, pero soy yo la que no puede seguir ese flujo social... Soy yo. No puedo culpabilizar a los otros...

No siento rencor, ni rabia. En realidad siento envidia hacia ellos... Ellos tienen el privilegio de pertenecer al mundo mágico de "lo social" con sus ventajas e inconvenientes -me imagino-, pero mágico. Sé que ese mundo está vetado para mí. Ya he intentado montones de veces acceder a él y si... he estado allí, pero no tengo la llave para disfrutar como lo hacen los otros, para "conectar". 

Si... no lo negaré. Me da tristeza no pertenecer a ese mundo fantástico de lo social al estilo "común". Cuando les veo disfrutar me da mucha envidia, tristeza y frustración. Envidia por no poder sentir esa alegría y espontaneidad al relacionarse con otros que no tiene fin, tristeza porque al verlos reír me hacen pensar en todo lo que me pierdo y frustración porque con todos los esfuerzos que hago no consigo llegar a ellos. Cuando huyo de ellos es para evitar esos sentimientos de tristeza y frustración que me recuerdan lo inútil social que soy.  De verdad, no siento resentimiento hacia los otros, ¡¡¡de verdad!!!.. En el fondo, me dan envidia, "envidia sana". 

Comunes: 
Disfrutad de vuestros superpoderes sociales. 
Tenéis un gran regalo de vida, no los desaprovechéis. 


2 comentarios:

  1. Genial :) derrepente me hace dejar de lado los sentimientos negativos y dejar d eculpar al resto. al final esta es mi condicion, pero tambien tengo defectos y cometo errores, al igual que los "comunes". Esto me hace salir del papel de victima, que es muy esclavisante y no me deja avanzar. Hay que aceptar como es uno y seguir adelante. saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sii... salir del papel de víctima y de dejar de culpabilizar siempre a los otros.. A veces, somos nosotros y otra veces son ellos. Lo malo es cuando se generaliza.. Un saludo y gracias por seguir el blog :-)

      Eliminar