lunes, 19 de junio de 2017

¡¡¡Claro que siento emociones!!!!



Uno de los profesionales a los que consulté me preguntó sobre las cosas que me ponían contenta, triste, enfadada. Me quedé un poco perpleja por dicha pregunta, pues no entendía el sentido. Claro que siento emociones: de las buenas y de las malas... A veces, de unas y otras veces de las otras. Me imagino que como todo el mundo por eso me sorprendió la pregunta. 

En aquel momento, recuerdo que me quedé un poco bloqueada y no supe muy bien que responder. Ahora, con tiempo, puedo pensar sobre ello más detenidamente. Voy a intentar buscar en mi memoria situaciones que me hayan llevado a sentir las diferentes emociones e intentar responder a la pregunta.

Sobre la Alegría.
No suelo ser una persona alegre, no me divierten las bromas, los chistes, las "gracietas". Nunca me gustaron y, además, pueden incomodarme pues me resultan niñerías absurdas y ridículas. Por otro lado, no soy una persona divertida y no se hacer bromas sociales. 

No soy infeliz, pero la alegría no es un estado que impregne mi vida. Si tengo que pensar en una situación de alegría, o en el "día más feliz de mi vida", no me viene a la memoria ni el día de mi boda, ni el día de nacimiento de mi hija. De echo, son días muy negativos en mi vida. El día más feliz de mi vida fue cuando una de mis profesoras de la universidad me propuso hacer el doctorado e incluirme en su equipo de investigación... No me lo podía creer. Cuando me lo propuso recuerdo una euforia emocional que me invadió por días, muchos días. No recuerdo otro día en mi vida con tanta intensidad emocional positiva. Fue tan grande esa emoción que,  después de 20 años, sigo sintiendo esa intensidad. 

Sobre cosas cotidianas que me pongan contenta... pues no se qué decir. Creo que el estado habitual en mí es de "neutralidad", de seriedad. No se como expresarlo.

Sobre la Tristeza. 
También me cuesta pensar en "cosas o situaciones que me ponen triste", pero si puedo decir que durante mucho tiempo, demasiado, he sentido una "distimia crónica". La tristeza ha invadido mi vida a causa de la soledad. Una soledad que hiela incluso estando con gente. He llorado demasiado a solas por no poder encajar, compartir. Ahora ya no lloro ni me siento triste. Ocasionalmente siento momentos de tristeza que son como olas que invaden mi ser y me transportan a un estado de melancolía, de inercia, de vacío, pero son eso.. olas que vienen y se van.

Sobre las cosas que me pueden hacer sentir tristeza me cuesta pensar en situaciones concretas, pero hoy, 19 de junio, me siento triste y decido escribir sobre ello para retener esa información y sensación en mi mente:

"Hoy me siento extraña. Me siento muy sola. Nooo, no es que no tenga a nadie cerca que no me quiera. En ese sentido, me siento una privilegiada, pues se que mi marido me adora y me lo ha demostrado con creces. Es algo diferente. Me siento muy sola mentalmente. El percatarme de no tener a nadie con quien compartir mis apasionamientos mentales, mis elucubraciones mentales me ha producido mucha tristeza. Siento que mi apasionamiento mental es vacío... se queda en mí... y no es compartido. No tengo a nadie con mi misma pasión con la que compartir mis ideas. Es una sensación extraña. Es una sensación de absoluta soledad y me hace sentir triste."

Voy entendiendo a la gente. A la gente le gusta compartir sus estados mentales con otros, pero me imagino que como la "gente común" tienen muchos intereses comunes compartidos lo tienen más fácil. Pero que pasa cuando tu interés es tan restringido y tan apasionado que no puedes compartirlo con nadie... Lo dejo a vuestra imaginación, a vuestras "emociones".

Sobre el Enfado.
El enfado ha sido una emoción que ha definido por mucho tiempo mi forma de ser. Siempre he estado enfadada, aunque por fuera no lo transmitiera de forma clara, aunque creo que mis ojos y mi expresividad plana nunca han engañado. 

En las reuniones de amigos siempre he estado enfadada. Recuerdo muchísimas situaciones en las que siendo joven acompañaba a mi pareja (ahora mi marido) a sus reuniones sociales (pues, yo no tenía amigos) y siempre estaba huraña. Siempre salía de las reuniones con gran tensión que me duraba mucho tiempo. Yo, entonces, no sabía porqué.. o si: no conseguía encajar y echaba la culpa a mi pareja por dejarme sola, por no estar conmigo. Yo me sentía abandonada porque no entendía que en las reuniones con gente tienes que estar enfocado a los demás... Eso no lo entendía y me sentía sola, abandonada. Yo no hacía nada para enfocarme al grupo.

También me enfado cuando las cosas no salen como yo espero. Si tenía pensado un plan y no se cumple tal cual lo había pensado me enfado. Lo peor de todo -eso, lo voy entendiendo, ahora- es que siempre he esperado que los demás "leyeran" mi mente y acomodaran las circunstancias a mis intereses y necesidades. Por ejemplo, si hemos decidido una salida, un paseo, yo espero que esa experiencia transcurra tal cual la he imaginado. Cuando no es así, me frustro y me enfado. No se si esto se entenderá. Es cierto que ahora controlo la frustración y ya no me enfado, pero siento una sensación de angustia, de rabia contenida que sigue siendo duradera, pero controlada externamente.

Un día que recuerdo de mucho enfado fue el día de mi boda. No.. no fue "el día más feliz de mi vida". Estaba muy enfadada porque yo no quería ver a nadie, no quería evidenciarme, no quería seguir rituales que no sentía. Ver a gente y simular alegría fue muy costoso. Viendo algunas fotos de mi boda, solo veo en mí una sonrisa forzada en ellas. El enfado me duró días, muchos días. Lo curioso es que la gente recuerda ese día como entrañable... Yo lo recuerdo como un día odioso, un día a olvidar.


Sobre el Miedo.
Cuando supe que me había quedado embarazada -que era muy joven- me invadió el terror. No el miedo... el terror. Yo no sabía que hacer con un bebe. Lloré mucho, mucho. Quise morir. Deseé morir e hice intentos por morir... Dejé de comer, no podía comer... Además, ver como mi cuerpo cambiaba también me aterrorizaba... "esa persona no era yo". No podía mirarme al espejo... La incertidumbre del parto fue otro momento de terror. Pensar en cómo sería, en el posible dolor que sentiría... ¡¡¡¡Fue horrible¡¡¡¡ Recuerdo que cuando di a luz, me quedé como paralizada y me pasé los tres días que estuve en el hospital en la cama, sin salir de ella... ¡¡¡¡NO SABÍA QUE TENÍA QUE HACER!!! Estaba en una habitación de hospital compartida con otra mujer que se levantaba, paseaba por la sala, cogía a su bebe.. y yo, mientras PARALIZADA.... No sabía que hacer. Solo recuerdo el miedo a la incertidumbre y las ganas de llorar. Las lágrimas no salían, pero se agolpaban en mi cabeza y me retumbaban.

Otra cosa que me produce miedo, ¡¡digo, terror!!!! es pensar en la posibilidad de quedarme sola... Yo no sabría moverme sola por el mundo sin la persona que me ayuda a caminar por él. Se que si en algún momento me quedo sola, me moriré de terror... A veces pienso en ello y solo me vienen ideas de muerte. No es baladí, no soy tan funcional y tan "independiente". 


Las emociones que han prevalecido en mi vida han sido el miedo, la tristeza y el enfado. El miedo por la incertidumbre, la tristeza por la invisibilidad crónica y el enfado por no saber enfrentarme a la incertidumbre. Ha habido poca alegría. 

Ahora prevalece una especie de calma neutra... no se como explicarlo. Siento tener una estabilidad emocional que se rompe ante preocupaciones que magnifico. No siento tener "altibajos emocionales", sino que mi homeostasis emocional se rompe ante imprevistos, ante problemas y preocupaciones que no puedo resolver de forma inmediata. 

Creo... pues, que siento las mismas emociones que todas las demás personas:

La alegría por el apasionamiento mental. Mis soliloquios conmigo misma.
La tristeza por no poder compartir mis estados mentales. Por la soledad.
El enfado por no disfrutar de las situaciones sociales, 
El miedo por la imprevisibilidad


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